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Durante marzo y abril, como equipo de la Patagonia de Enseña Chile hemos recorrido las comunidades educativas con las que trabajamos. Conversando sobre cómo están y cuáles son los desafíos que están enfrentando en estas primeras semanas de clases, hay un patrón que se repite: dificultades en la convivencia escolar.

Las comunidades educativas se han enfrentado a verdaderos desafíos debido a los hechos de violencia y a problemas en la convivencia entre estudiantes, profesores, miembros de la comunidad y sus familias. Desde el terreno comprobamos que no se ha podido retomar la cultura escolar que había previo la pandemia: como los espacios educativos adecuados para aprender y relaciones sanas entre compañeras y compañeros. Pese a que la situación es distinta según el contexto, la mayoría dice enfrentar problemas para resolver conflictos y dificultades para contener socioemocionalmente a niñas, niños y jóvenes.

Después de dos años de clases virtuales e híbridas, iniciamos este nuevo ciclo escolar con la difícil tarea de recuperar, no sólo lo académico sino también las habilidades socioemocionales de las y los estudiantes que dejaron de interactuar, relacionarse y desarrollarse socialmente junto a sus pares. Sin duda, esto también está afectando a profesores. Hoy, hay un cuerpo docente agotado, cansado y enfrentado a nuevos problemas dentro y fuera del aula, donde, en ocasiones, no cuentan con las herramientas suficientes para abordarlo.

Pese al cansancio y las dificultades de la convivencia escolar, nuestros profesores continúan ahí por sus estudiantes. Ellos conectan con su propósito de estar en la sala de clases y sitúan a sus alumnos en el centro. Su objetivo principal es reencantarlos con su aprendizaje y cuidar su bienestar emocional. Para lograr eso, necesitamos que los profesores estén bien. ¿Cómo? Generando una cultura escolar que sea sustentable para quienes componen la comunidad educativa, con el foco en el cuidado y bienestar emocional de todas y todos: alumnos, profesores, equipos directivos y familias.

Creemos como equipo que es momento de trabajar en conjunto, de escuchar a todos los miembros de la comunidad escolar y generar espacios de reflexión al interior de los colegios para avanzar y fortalecer la convivencia. Para que exista una real integración socioeducativa y avances en acciones que generen cambios reales, es necesaria la articulación y colaboración en red con diversos actores del ecosistema educativo. Como aún se está estudiando, no sabemos todavía el impacto final que tendrá la pandemia en el desarrollo integral de los jóvenes y futuras generaciones, pero nuestros estudiantes no pueden esperar. Colaboremos y articulémonos para encontrar juntas y juntos las soluciones que nuestras niñas, niños y jóvenes necesitan hoy.

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Jennifer Masotti
Directora Regional de Patagonia
Fundación Enseña Chile

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