Enseña Chile
Cerrar

Por Lía Barrios, profesora de Enseña Chile en la Escuela Técnica Las Nieves de Puente Alto

Muchas veces los profesores subestimamos la importancia de nuestra labor en la vida de nuestros estudiantes. En los momentos difíciles o incluso de crisis, ya sea en un ámbito personal, familiar, un estallido social o incluso una pandemia sin precedentes, es cuando nuestra labor se vuelve una de las más relevantes en ellos y ellas. Es algo que, sin quererlo, va mucho más allá que una sola asignatura.

En un día común de clases, vincularse con cada uno de nuestros estudiantes resulta desafiante pero jamás como lo han sido estas últimas semanas a la distancia. En un día común de clases, puedo verlos en la sala y con ello saber que algo les está pasando. Puedo oírlos durante el recreo y así entender cuáles son sus problemas. Puedo contenerlos con un abrazo y así transmitirles que su profesora está aquí para apoyarlos pase lo que pase. Pero, cuando el día pasa de ser uno común a uno completamente virtual y remoto surge la pregunta que, hasta el día de hoy, los docentes tratamos de resolver: Y ahora, ¿qué puedo hacer para llegar a todos mis estudiantes?

Desde el momento en que se oficializó la suspensión de clases, la búsqueda de formas de contacto ha sido compleja pero constante. A pesar de las dificultades, la tecnología está a nuestro favor: llamados telefónicos, envío de mails, mensajería instantánea, videollamadas y otros, nos acercan cada vez más a ellos.

De seguro esta búsqueda ha sido de ensayo y error para muchos de nosotros. Lo que un día nos funciona, puede no funcionarnos al día siguiente. Pero, a pesar de lo frustrante que es, somos quienes saben que es momento de contener y empatizar con ellos y sus familias. Saber cómo están, qué es lo que están viviendo a diario y cuál es el contexto en el que están inmersos, nos permite gestionar apoyos en conjunto con el resto de la comunidad educativa. Pero, además, nos permite entregarles herramientas y soporte desde nuestras áreas en estos días, ya sea, mediante una clase virtual o en una simple conversación por mensajes.

Sin duda, los estudiantes que vimos por última vez a inicios de marzo no serán los mismos que abrazaremos cuando volvamos a clases. Informarnos continuamente sobre su sentir y sus nuevas realidades es prioritario para generar un vínculo genuino con ellos y sus familias. Que el contenernos unos a otros, reflexionar, sentir y entendernos con los demás sea parte de los aprendizajes que nos deje esta pandemia y que sean actitudes y herramientas que sigamos fortaleciendo en nuestras salas de clases. Profesores y profesoras, no duden que lo estamos haciendo bien.

Compártelo en Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Linkedin

Artículos Relacionados