Enseña Chile
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A Daniel Vargas Vial, ingeniero comercial de la U. de Chile, le molesta y le da rabia la injusticia del país. Antes, nunca había hecho clases ni ayudantías. Con 29 años, esta es la historia y experiencia de superación del profesor jefe y de Matemáticas del colegio Docksta, en Carahue, un joven apasionado del balompié que incluso llegó a representar a la comuna en un torneo de fútbol con el apoyo del alcalde, quien intercedió para que jugara.

- ¿Cómo te enteraste de Enseña Chile?

Me enteré el 2020 cuando empezó la pandemia. Venía de años trabajando en restoranes como garzón, en hoteles como jefe de salón, trabajando en ese tipo de cosas y llegó la pandemia. En ese momento, trabajaba en un café y obviamente tuvo que cerrar, se cortó la pega, quedé en nada y empecé a buscar lo que podía hacer. En conversaciones con amigos, uno de ellos, Juan Infante, estaba haciendo su primer año como peCh, esto era a inicios de año. Me dijo: 'esto es para ti, te vas a sentir identificado con los valores, creo que va a calzar con tu perfil'. Yo le dije: 'nunca he hecho clases'. De verdad: yo nunca había hecho clases, ni una ayudantía, nada. Entonces volví a decirle: 'me gusta Matemáticas, pero nunca he hecho clases'. Me respondió: 'tranquilo, métete y puedes estar preparándote durante el año. El sistema está tan en el suelo en algunos lados que tú vas a ser de mucha ayuda. Te van a enseñar y vas a ser de ayuda'. Eso me quedó grabado: ‘vas a ser de ayuda’. Esto fue lo que más me hizo sentido y esa misma noche postulé.

- ¿Qué te motivó a postular esa noche?

Mi motivación de por qué entré la fui madurando después. Tengo tres razones, una más importante que la otra. La más importante para mí es vocacional. En ese momento, estaba buscando algo que me moviera, porque cuando salí de Ingeniería Comercial me di cuenta que no calzaba en el perfil de trabajar en una empresa. Necesitaba algo que me moviera, estuve buscando, pero no encontraba y tengo una fuerte vocación de entender el problema social en Chile. Tuve el privilegio de tener una situación muy cómoda desde chico, me tocó un lado muy bonito de lo que es Chile, pero también tuve el privilegio de conocer la cara fea por mi colegio, de chico me hicieron conocerlo. Y no me cuadraba, no me cuadraba lo desigual que era mi situación con la de los demás. Si me preguntan si es por retribución, lo es un poco, pero también es un gusto genuino por ayudar a que este país sea más justo, a entender el problema social, me provoca mucha curiosidad de por qué pasa esto, la injusticia me hace mucho ruido, me molesta, encuentro que me da un poco de rabia y es lo que principalmente me movilizó a entrar a Enseña Chile, porque sabía que estaba muy ligado a eso, dado que la educación es el principal motor para atacar la desigualdad.

El segundo motivo, fue por desarrollo profesional y personal. Vi una oportunidad súper concreta de estar dos años en una experiencia que cambia la vida y que te da peso profesional, pero en lo más pragmático está el querer aprender, de querer crecer como persona, de querer organizarse mejor, explayarse, ser un mejor orador, ser más asertivo.

El último motivo, la "guinda de la torta", la posibilidad de poder viajar. Entré sabiendo que quería ir fuera de Santiago porque estaba cansando del movimiento, tan rápido, de no conocer a la gente que vive al lado o por lo menos así era en mi comuna, y también porque tengo un espíritu viajero, he tenido la suerte de viajar, y sé lo que te hace crecer. Entonces había una oportunidad súper concreta de viajar con trabajo en algo que me mueve mucho vocacionalmente. Tenía todos los ingredientes y eso fue lo que hizo seguir firme con mi postulación. Sé que me iba a costar mucho por la experiencia, pero esta cuestión me viene como anillo al dedo. ‘¿Por qué no sabía antes de esto?’

- Trabajas en la escuela prebásica y básica Doksta, en Carahue, en la región de La Araucanía. Como Fundación trabajamos principalmente en establecimientos educacionales con alto índice de vulnerabilidad, ¿qué te parece que estemos trabajando en esos lugares donde probablemente no sea tan fácil encontrar profesores?

Es muy difícil para los colegios de acá encontrar profesores. Me parece que está completamente alineado con que la experiencia de Enseña Chile sea en un colegio con un porcentaje alto de vulnerabilidad porque la visión de la Fundación es que todas las niñas y niños en Chile tengan educación de calidad. No concibo haber hecho esta experiencia en un colegio donde el contexto no sea súper vulnerable. Si voy a un colegio donde hay bajo índice de vulnerabilidad, con muy buenos profesores quizás no voy a ser tan aporte como lo puedo hacer en un colegio donde sí es alta, donde sí cuesta conseguir profesores, donde sí cuesta que pasen las cosas, donde hay que empujar. A mí me apasiona profundamente. La gente que entra a Enseña Chile, a pesar de que es súper diferente, nos mueve la misma cosa. Nos apasiona este problema social, el aportar su granito de arena, el comprender el problema, ya que la experiencia tiene mucho que ver con comprender más que con solucionar porque en un tiempo así, en dos años, sí vas a impactar vidas de niños, pero no el sistema en su totalidad, que al final es lo que se necesita o lo que uno quisiera.

- Eres profesor jefe.

Soy de 36 niños de octavo básico de entre 13-14 años y también profesor de Matemáticas de octavo a cuarto medio. El 2021 fui profe' jefe de un segundo medio de 30 alumnos de 15-16 años. El año pasado fui gestor del taller de fútbol del colegio. Logramos levantar ese taller y esas son cosas que como peCh, como el levantamiento de iniciativas, uno viene a aportar y que no tiene que ver directamente con el aula. Por ejemplo, el taller de fútbol, que lo armé porque me encanta ese deporte, fue muy bueno porque los niños se pudieron ver, cuando permitimos verse sin mascarillas, y jugar. Los niños no tenían idea de fútbol, pero iban porque era la opción para salir de la casa en la tarde, se creían los más bacanes del mundo porque ellos salían y sus primos de otros colegios no lo hacían. Fui profesor del taller, pero este año no lo tomé porque no me dieron las horas, estaba sobrecargado, no se puede hacer todo. Le tengo que explicar a los estudiantes que llego a la casa a hacerme fuego, a picar leña, a cocinarme para el día siguiente, a hacer aseo para que no se metan las ratas y simplemente el tiempo no me da.

- Llevas un año y dos meses trabajando en el colegio haciendo clases, conociendo en el terreno la situación de la educación, viendo las cosas buenas y malas. ¿Cómo crees que se pueden mejorar esas cosas malas?

Hay que entender que hay grandes problemas y que cada uno de esos está lleno de causas y contextos diferentes, hay cosas que son un problema en un lado, pero en otro no son problema. Para mí, en mi experiencia, dentro de esa complejidad, se puede sacar un factor común. Hay cosas comunes que nos estamos cayendo como sistema que son las condiciones básicas, las necesidades de higiene. Por ejemplo, la alimentación. Este año hemos tenido días con niños sin almorzar o con raciones súper reducidas, no es culpa del colegio, está el problema en varios lados de Chile, pero es una de esas necesidades básicas no cubierta que genera una incomodidad en los estudiantes: baja de energía, disposición y motivación.

Hay una encuesta de Enseña Chile que se hizo a muchos alumnos respecto a qué es lo que ellos cambiarían de la educación o cuáles eran los mayores problemas. Los estudiantes decían que las tres primeras opciones eran calefacción-ventilación, los baños y la cantidad de alumnos por salas. Esto último molesta mucho a los niños, que se sienten muy apretados. Esa es una medida súper concreta que tiene un montón de costos asociados, pero que se podría aplicar, que es que haya menos niños por sala. Las necesidades creo que subyacen a todos los otros problemas de la educación. Son los pilares para que lo otro pueda funcionar, necesitamos que los estudiantes y profesores tengan las condiciones básicas. Para mí deberían subir la norma que regula la calidad de los muebles educativos. Yo todas las semanas saco una silla rota, las mesas también, y tiene que ver con el comportamiento de los niños.

Cuando veo videos de la educación, por ejemplo, en EEUU, lo primero que me fijo es lo diferente que son las salas. Los niños ahí tienen un buen mesón para trabajar, están cómodos, no tienen frío o no tienen calor. Tienen espacio en el baño, el profesor también tiene una sala de docentes potente, que sea acogedora, que tenga una cocina, son cosas concretas que implican un montón de costos, pero que creo van primero, antes que otras cosas. Esas condiciones mínimas van a permitir que florezca la creatividad de los profesores, la energía de los niños y las ganas de aprender.

- Juegas fútbol, ¿cómo te ha ayudado con tu involucramiento en la comuna?

El fútbol es mi gran pasión deportiva y lo primero que hice al llegar aquí fue preguntarle a cualquier persona dónde se jugaba fútbol, por supuesto me fui sumando a muchas 'pichangas', a escribir a muchos números por whatsapp, gente que apenas conocía, pero que jugaban. De mucho jugar, que es algo que está bien desarrollado acá como las canchas y el deporte, me fui involucrando en equipos.

Hoy en día juego en dos equipos de la comuna: en el Pueblo Nuevo, uno de la asociación nacional de fútbol rural en Trovolhue; y en Enrique Valck, de Carahue, que es fútbol amateur. Ha sido una tremenda experiencia y por ahí me invitaron a representar a la comuna en un campeonato de fútbol siete y fue una experiencia bacán. Enfrentamos a rivales muy fuertes y, como estaba fuera de mi posición habitual, no estoy orgulloso de mi rendimiento (se ríe). Estoy orgulloso de que me hayan llamado para esa vez y fue algo que tuve que gestionar permisos con el colegio. La experiencia de fútbol, de estos equipos, de jugar todas estas pichangas me ha permitido conocer un lado B, que imposible que conociera. Cosas buenas y malas. Finalmente son cosas que aportan a la experiencia porque ayudan a entender los problemas de la comuna.

- Para conseguir los permisos con el colegio, incluso el alcalde intercedió para el torneo...

El alcalde lo que hizo fue enviar una carta firmada por él para pedir autorización de que yo fuera a este campeonato. Con él me he encontrado en premiaciones de estos campeonatos, siempre están ahí. Ha sido entretenido, interesante y también un poco revelador de cosas. Al final, cuando uno es actor de un colegio, un trabajador del colegio, sea profesor, directivo, encargado de convivencia escolar, uno pasa a formar parte súper activa de la comunidad, de la comuna. 

- ¿Tienes algún objetivo al terminar este año y tu tiempo como profesor de Enseña?

Ser un mejor profesor. Hoy día estoy súper focalizado en hacer mejor mis clases y tiene que ver con esa inseguridad de no haber sido profesor antes. Adquirir nuevas técnicas, manejarme mejor en el contenido, saber cómo explicar una misma materia de distintas maneras. Enfocado, en frase de fútbol, de ir 'partido a partido', que cada clase sea mejor que la anterior. Ir día a día mejorando como profesor, ser mejor orador, más asertivo, mejor maestro y ser un buen modelo para las niñas y niños. ¿Sobre el próximo año? Veremos qué pasa. De todas maneras, estoy súper interesado en seguir ligado a educación.

- Comenzaron las inscripciones de quienes quieran ser profesor el próximo año. ¿Cuál sería tu mensaje o consejo a esas personas que están ahora pensándolo como cuando estuviste esa noche haciendo la postulación?

No tengan miedo si nunca han hecho una clase o una ayudantía, se puede. Con ganas, sí se puede. Decirle lo que me dijo mi amigo también: 'van a ser un aporte'. En estos colegios que son súper vulnerables van a ser un aporte, no sólo en la sala de clases sino también con los equipos directivos, con sus colegas. Contarles que es sacrificado, que tienen que ir con el overol puesto, pero es súper gratificante. Los triunfos son impresionantes cuando logras algo, lo que sea, un avance en el contenido, en los objetivos de aprendizaje, o cuando dije las palabras precisas a ese niño que estaba llorando y ahora se siente mejor o cuando tengo un tiempo para jugar con ellos en el recreo. Tiene un costo muy alto, pero también tiene un beneficio mayor desde mi experiencia. La gente que se mete a Enseña Chile tiene una curiosidad por el problema de la educación, por el problema social que hay en Chile, pero que es esencial pasar por el aula u observar muchas clases, estar en concejos de profesores, en la sala de profesores, conversar con las asistentes de la educación, con los encargados de la convivencia escolar, y con los directores, eso es esencial para entender el problema de la educación. Hay muchas cosas que pasan desapercibidas y que te das cuenta solo estando ahí. Es una experiencia hermosa.

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