Enseña Chile
Cerrar

La crisis mundial por el COVID-19 mantiene a todos los estudiantes de nuestro país en sus hogares. Eso no significa que el aprendizaje se detenga: muchos colegios y profesores han indagado en diferentes plataformas para implementar educación a distancia. Una de las más cercanas a los estudiantes es Instagram, una herramienta nueva que aún no se ha sido investigada en su uso educativo, pero que es respaldada por la experiencia de varios profesores que valoran su aporte. René Rojas, Camila Ovalle y Tamara Díaz son tres profesores de Enseña Chile que ingresaron a esta red social y la pusieron al servicio de sus alumnos.

«En el colegio se acogieron a la indicación del Ministerio de Educación sobre usar aprendoenlinea.cl. Me di cuenta de que si no existía una motivación desde los profesores los chicos no lo iban a hacer. Por eso, a través de Instagram subí historias primero preguntando cómo estaban ellos y después pequeñas tareas», cuenta René Rojo, profesor de Matemáticas en el Liceo Dr. Óscar Marín Socias de Viña del Mar.

Él creó su Instagram de profesor (@profe.rene) a comienzos del año pasado. Al principio lo usaba para trabajar el vínculo con sus estudiantes, subía algunas imágenes de su sala de clases e interactuaba con ellos, conociendo un poco más de sus vidas a través de esta red social. Pero con la crisis del COVID-19 comenzó a tener otro sentido. Ahí intentó contener a sus estudiantes y luego comenzar a subir ejercicios rápidos para que pudieran continuar sus estudios.

«Yo uso harto Instagram y como los estudiantes también, podíamos usarlo para reforzar las clases», relata Tamara Díaz, profesora de Enseña Chile que hace clases de Lenguaje en el Liceo Politécnico Luis Cruz Martínez de Puerto Natales. Ella también tenía su cuenta (@tamarinabombina.profesora) desde antes de la crisis, pero comenzó a usarla más en el último tiempo. «La primera semana me dedique solo a subir información útil para los alumnos. Luego comencé a resolver dudas de las guías que se subían a la plataforma de la Corporación de Educación Municipal», comenta.

Ambos profesores usaban Instagram desde antes en sus vidas diarias y reconocen que por eso se les hizo más fácil usar esta herramienta en el contexto educativo. Lo que más valoran de ella es poder nutrir el vínculo con sus estudiantes a pesar de la distancia, tener una interacción inmediata con ellos y que el acceso a la plataforma es bien amplio entre sus alumnos.

Pero también tiene puntos en contra, como que los alumnos estudian a horas diferentes, por lo que reciben dudas en cualquier momento del día. Además, es desafiante lograr establecer límites personales con los estudiantes, ya que al ser una plataforma tan cercana puede prestarse para interacciones que no corresponden, como comentarios de broma o memes que no van a lugar.

A pesar de las dificultades, todos creen que sigue valiendo la pena usar Instagram en esta instancia. «No podemos pensar que el aprendizaje se genera solo en el aula», reflexiona Camila Ovalle (@profe.cami), profesora de Lenguaje en el Liceo Gabriela Mistral de Cañete. «Si ponemos aprendizajes en las redes sociales les mostramos que son cosas que si están en el mundo real, que sirven, que tienen un propósito real y que no es aprender por aprender», concluye.

Compártelo en Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Linkedin

Artículos Relacionados