Enseña Chile
Cerrar

Testimonio de Nelson León, ingeniero en Biotecnología de la Universidad de Chile y egresado del Programa de Liderazgo Colectivo de Enseña Chile Tarapa. Hizo clases de Matemáticas en el Colegio Marista Hermano Fernando de Alto Hospicio, mientras recibía formación en liderazgo pedagógico, personal y sistémico. Actualmente trabaja como profesor de Matemáticas y encargado de convivencia escolar en el mismo establecimiento. 

«Postulé a Enseña Chile en 2016 porque sentía que muchos de los problemas sociales y de las dificultades que existían en ese momento, como la crisis de confianza y valórica, la mala percepción de la política, la poca empatía y la falta de respeto por la opinión de los demás, tenían como base común y como respuesta el sistema educativo.  

En mi experiencia personal tuve muchos privilegios en ese sentido, percuando llegué a la universidad sentía que no era tantos como yo había pensado. Estudié la enseñanza básica en una escuela pública, después la enseñanza media en un colegio particular subvencionado. Cuando entré a la carrera encontré que mis compañeros que venían de colegios privados estaban mucho mejor preparados que yo en todo sentido, no solo en lo académico, sino que también en lo emocional. Entonces tuve la inquietud sobre cómo lograr que esta cancha fuera más pareja para todos, que todos tengamos las mismas oportunidades.   

Sé que hay muchos talentos. Siempre les digo a mis estudiantes que a lo mejor no ha salido un nuevo Premio Nobel chileno porque no hemos sabido buscarlo, lo estamos buscando en lugares equivocados o no ha tenido la oportunidad de desarrollarse. Sentía que al conectarme con el colegio podía trabajar para mejorar todo esto.   

Personalmente, entrar al programa fue un cambio grande porque pasé de vivir en Santiago a vivir en una ciudad distinta, Alto Hospicio. Había venido a Iquique un par de años antes y me gustó mucho por el clima, la playa y las actividades que había. Cuando llegué acá a trabajar me encontré con una ciudad muy diversa, que vive sus tradiciones en forma bien potente y tiene su idiosincrasia particular. Los iquiqueños son muy apasionados, ellos quieren mucho su ciudad porque la vida acá es buena. Creo que eso es lo que me ha mantenido en Iquique. 

A alguien que está pensando en venirse a Tarapacá, le diría que no lo piense tanto y se venga no más porque de verdad es la mejor decisión que puede tomar. Uno fácilmente puede vivir al lado de la playa o en el desierto y va a estar muy conectado con el territorio y sus matices, eso enriquece mucho la experiencia. Tener tanta diversidad creo que es lo más positivo porque ahí realmente es donde se pone a prueba el propósito, la visión y misión de Enseña Chile el por qué muchos decidimos entrar.  Aquí se está siempre conectado con los estudiantes y es bien sencillo contextualizarse porque las personas son muy abiertas, muy de mostrar su realidad y ese sentido también es muy fácil impactarse con las brechas y dificultades que tienen. 

Mi mayor aprendizaje en este contexto ha sido darme cuenta de la riqueza y diversidad cultural que existe en Tarapacá. Aprendí a estar más abierto, a que mi perspectiva de vida también cambie, a cambiar prioridades y a involucrarme más afectivamente con lo que estaba haciendo, con mi trabajo». 

Compártelo en Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en Linkedin

Artículos Relacionados