Enseña Chile
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Una charla de Enseña Chile en la Universidad de La Frontera en 2014 fue el lugar donde Pablo Rilling conoció la labor de la fundación. Cursaba la carrera de Ingeniería Civil Industrial en ese centro de estudios y pasaba por una crisis vocacional. Cuenta que en ese momento no tenía claridad acerca del propósito de su futura profesiónsin embargo, la educación lo motivaba. De esta manera comenzó a trabajar como tutor de alumnos de primer año«Ahí me di cuenta que realmente los que ingresaban a la universidad desde contextos más vulnerables tenían más dificultades con las ciencias básicas y me pregunté qué podía hacer yo. Enseña Chile no solo me permitía hacer clases, sino que también me permitía usar la ingeniería para aportar en el sistema educativo», cuenta el profesional.  

Su pasión lo llevó de Temuco hasta Chiloé. Actualmente es parte del Programa de Liderazgo Colectivo de Enseña Chile en el Liceo Técnico Profesional San José de Quellón donde ejerce como profesor de Matemáticas y Administración para estudiantes de tercero y cuarto medioAdemás, recibe formación en liderazgo pedagógico, personal y sistémico y es parte de una red de agentes de cambio de profesores y egresados del programa que trabaja por un propósito común: que todos los niños y niñas en Chile reciban educación de calidad.  

«Uno se encuentra adquiriendo distintas habilidades de manera progresiva sin si quiera darse cuenta. Es un trabajo muy humano, el hacer clases es una experiencia única. Uno va a enseñarle contenido a los estudiantes, pero uno aprende mucho más de ellos de lo que uno les enseña», reflexiona Pablo. Agrega que, en este mismo sentido, la capacidad de mejora continua que desarrolló en la carrera le permitió enfrentar mejor este desafío. «En la universidad se nos exige estudiar constantemente, evaluar nosotros mismos lo que estamos haciendo, ser super críticos, y siempre tener indicadores. Todas esas habilidades desarrolladas en el camino favorecen cuando uno llega a Enseña Chile»afirma 

Lo que más rescata de la experiencia es la posibilidad de ejercer un trabajo con propósito que le permitirá a futuro orientar su carrera en el ámbito educativo. «He aprendido que la profesión docente es completamente demandante, exigente y valorable y que tenemos mucho que aprender de ella. Uno sabe que está trabajando en pos de un bien superior, obviamente recibiendo un sueldo, pero te están pagando por algo que está de acuerdo a tus convicciones. A veces te puede superar, pero al final del día es ver las caras de los estudiantes que aprenden algo nuevo, ya uno ahí puede darse por pagado, completamente», concluye el ingeniero. 

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